Desde hace tiempo, Hacienda viene anunciando una profunda reforma en la forma de emitir y registrar las facturas en España: el sistema Verifactu. Esta herramienta digital prometía revolucionar el control fiscal y la lucha contra el fraude a través de un software obligatorio para empresas y autónomos. Pero a poco de su entrada en vigor, el Gobierno ha decidido aplazar su implantación hasta 2027. ¿Qué ha pasado? Aquí te lo explico en detalle.
¿Qué es Verifactu y por qué es importante?
Verifactu es un sistema desarrollado por la Agencia Tributaria (AEAT) para garantizar que cada factura emitida sea única, inviolable y trazable por Hacienda. Mediante software certificado, cada factura genera un registro con firma digital que puede enviarse directamente a la AEAT o almacenarse de forma inalterable. Esto busca frenar el uso de programas de "doble uso" que permiten manipular ventas o ingresos, una práctica que ha alimentado la economía sumergida durante años.
La medida, respaldada por la Ley 11/2021 contra el fraude fiscal, afecta a empresas y autónomos que usan programas de facturación informatizados. No se aplica a quienes siguen usando talonarios en papel o sistemas simples sin procesamiento de datos. Este sistema se diferencia de la factura electrónica B2B obligatoria (Ley Crea y Crece), que regula el intercambio digital entre empresas, mientras que Verifactu regula cómo deben emitirse y registrarse las facturas de cara a Hacienda.
De 2026 a 2027: el calendario se retrasa
Inicialmente, Verifactu iba a ser obligatorio a partir de enero y julio de 2026, según el tipo de contribuyente. Sin embargo, el Consejo de Ministros ha decidido retrasar un año entero su entrada en vigor, quedando así:
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Empresas que tributan por Impuesto de Sociedades: 1 de enero de 2027
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Autónomos y resto de empresas con software de facturación: 1 de julio de 2027
Este cambio fue incluido en un Real Decreto-ley aprobado en diciembre de 2025, tras constatar que la mayoría del tejido empresarial no estaba preparado para cumplir con la normativa en los plazos originales. La medida responde tanto a una necesidad técnica como a un compromiso político.
¿Por qué se ha aplazado Verifactu?
1. Baja preparación técnica: Más del 60% de empresas y autónomos no habían adaptado su software. Solo un 8% tenía Verifactu en funcionamiento a finales de 2025. La falta de recursos, de formación técnica y el coste de los nuevos sistemas fueron claves. En sectores tradicionales como comercio minorista, talleres o pequeñas asesorías, el nivel de digitalización sigue siendo limitado.
2. Presión de asociaciones: ATA, CEPYME y colectivos de asesores fiscales solicitaron una moratoria. Alertaron del riesgo de sanciones masivas y el caos que podría provocar exigir el cumplimiento en 2026. Estas organizaciones también denunciaron que muchos contribuyentes habían recibido notificaciones automáticas que generaron confusión y miedo injustificado.
3. Acuerdo político con Junts: El partido catalán exigió el retraso de Verifactu como condición para apoyar la investidura de Pedro Sánchez. El Gobierno accedió y lo incluyó en su pacto. Junts argumentó que muchas pequeñas empresas catalanas no estaban listas para asumir la carga que implicaba el nuevo sistema, y exigieron su retirada temporal como gesto hacia el tejido empresarial autonómico.
4. Implantación gradual y segura: Hacienda justificó el aplazamiento como una forma de garantizar una transición ordenada, sin colapsar a los contribuyentes. Argumentan que es preferible que la norma entre en vigor cuando el cumplimiento sea masivo, evitando que se convierta en papel mojado o en una fuente de litigios.
Reacciones: entre el alivio y la crítica
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ATA y CEPYME celebraron el anuncio como un triunfo del sentido común. Según Lorenzo Amor (ATA), "se impone la realidad de que muchos negocios simplemente no estaban preparados para este cambio."
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UPTA y UATAE criticaron el aplazamiento por generar inseguridad jurídica y retrasar la modernización fiscal. Acusan al Gobierno de improvisación y de ceder a presiones políticas, en lugar de seguir una hoja de ruta técnica.
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Gestores administrativos y asesores fiscales denunciaron la confusión generada por las comunicaciones de Hacienda y pidieron más claridad normativa. Algunos señalaron que muchos de sus clientes recibieron avisos que no les correspondían, provocando incertidumbre.
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Junts se atribuyó el logro político, afirmando que el empresariado catalán lo había reclamado. El propio Pedro Sánchez reconoció que el cambio formaba parte de los compromisos adquiridos para garantizar la gobernabilidad.
Implicaciones para autónomos y pymes
Aunque la entrada en vigor se retrasa, Verifactu no desaparece. Las empresas deben:
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Planificar con tiempo la adaptación técnica, incluyendo la elección de software homologado y formación interna.
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Formarse sobre el sistema Verifactu, para evitar errores y sanciones cuando sea obligatorio.
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Consultar con asesores fiscales sobre si están obligados y cómo pueden cumplir. No todos los autónomos estarán sujetos, pero deben confirmarlo.
Este tiempo adicional también puede servir para que Hacienda y el sector tecnológico desarrollen herramientas más accesibles, con precios asequibles y soporte adaptado a pequeños negocios. Se espera también que se publique una guía definitiva de preguntas frecuentes que ayude a despejar dudas.
Conclusión
Verifactu es una herramienta potente para la transparencia fiscal, pero su éxito dependerá de una aplicación realista y acompañada de formación y soporte. El aplazamiento a 2027 ofrece una oportunidad para hacer bien las cosas: adaptarse sin prisas, informarse mejor y aprovechar para digitalizar los procesos contables de forma ordenada. La transformación fiscal es inevitable, pero debe ser acompañada y no impuesta sin preparación.
